Nada peor que comenzar un día al que le han hurtado impunemente una hora.
8.30 (en realidad 7:30). Doble preparativo: aprontar las cosas para la carrera prevista y esperar observar por internet el inicio de la maratón de Buenos Aires, que ocurrió ocho minutos después. A ojo de cubero, el último competidor en pasar por el arco de largada en la avenida 9 de julio lo hizo tres minutos y medio después del primero. (A la hora de finalizar esta crónica, en www.tn.com.ar aún se podían observar resúmenes de los preparativos para la largada.)
En Montevideo, una actividad bien distinta. Mientras se pensaba en los compañeros y amigos en sus primeros esfuerzos y ahogos en la city porteña, se partió a la pista de atletismo, donde los menores sub 16 iniciaban 9:30 sus pruebas. Los varones realizaron una emocionante carrera de 2.000 mts. (cinco vueltas a la gran calesita) con un tiempo aproximado a 6:25, carrera ganada por Martín Piquerez, estrenando sus 15 años.
Con su padre al mando y algún otro invitado, se partió en auto rumbo a La Teja. El punto de arribo fue el merendero "Ogum das matas", ubicado en el garage de una casa de esta barriada de clase media y media y baja pero con gran espíritu. Luego de la inscripción y de constatar una buena organización (numerosa y atenta a los imprevistos), se marchó en caminata o trote hacia el Prado, apenas cruzando el viaducto.
Unos 190 corredores más sus acompañantes le dieron un marco interesante a los preparativos. El inicio se demoró 40 minutos ya que los organizadores entendieron que algunos competidores no tenían idea si el cambio de horario se aplicaba o no a la jornada.
La punta de la carrera no sufrió demasiado la ausencia de algunos pocos corredores de élite que se encontrarían en la fecha de la Confederación Atlética del Uruguay (CAU) en Paso de la Arena. De hecho, la victoria de Martín Mañana en los 8.400 metros con poco más de 26 minutos (a pesar de los sensibles repechos) fue señal de ello. Víctor Viera, en su doble carácter de co-organizador y corredor, no se quedó atrás y obtuvo el segundo puesto.
Como observación, quizás el tan mentado Ministerio de Deporte y Juventud podría ingerir en algo para que la diversidad, que siempre es buena, no sea sin embargo excesiva: los Zamora padre e hijo mayor en una carrera en Río Negro, los menores en la pista, otros juveniles en una actividad internacional en la rambla del parque Rodó, más de cien representantes en la maratón de Buenos Aires, otros valientes se habían desplazado el sábado a Florida y también compitieron el domingo, gran parte de los federados fueron al Santa Lucía y otros asistimos a esta jornada en el Prado.
Los puestos de agua fueron ideales para una carrera con dos importantes repechos a repetir (la subida desde el arroyo Miguelete al ex hotel Del Prado y la del costado Oeste de la Rural). El cielo estuvo abierto en todo momento pero el Prado siempre deja unas buenas sombras para refugiarse.
Luego de la carrera, nuevamente a las alturas de La Teja. Una muy buena organización de la comunidad del merendero permitió un muy variado sorteo, con una espera de la premiación con alimentos a módico precio (con insumos donados por empresas) a beneficio del merendero, grupos de adolescentes con baile y canto y una posterior entrega de medallas y trofeos a los cinco primeros de cada categoría bien dispuesta a subsanar algunos pocos errores comprensibles para una tarea tan manual como diversa.
En suma, una jornada muy agradable que permitió mantenernos activos y hasta mejorar tiempos, ayudar a un merendero bien defendido por su gente y, sobre todo, disfrutar de una jornada primaveral que, a pesar de la mella sobre los físicos tan machacados en esta época del año, reunió varios efectos y afectos para una gurisada que tanto lo precisa.
Este espacio ha sido creado para promover rápidamente las actividades de la agrupación Atletas del Prado. Para mayor información, invitamos a visitar nuestro sitio web www.atletasdelprado.tk
domingo, octubre 09, 2005
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